TEATRO › GUILLERMO RODONI MONTARA EN BRASIL UNA ESCENA DE EL QUIJOTE
El director argentino participará de la versión teatral de la novela de Cervantes montada por su colega colombiano Santiago García. Las doce escenas serán actuadas por elencos de varios países latinoamericanos, que sumarán un centenar de intérpretes.
Por Cecilia Hopkins
El director colombiano Santiago García, creador del mítico grupo La Candelaria, estrenará en pocos días más El Quijote, versión teatral de la novela de Cervantes. El montaje, que tendrá características multinacionales, se realizará el 1º de octubre próximo en San Pablo, Brasil. Cada una de las doce escenas estará a cargo de igual número de directores provenientes de Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Cuba, El Salvador, Guatemala, México y Perú, especialmente invitados para la ocasión. Cada grupo tuvo la libertad de elegir su modo de trabajo, si bien la musica de cada escena abrevará en la tradición del país a cargo. En estos días, el mismo García está trabajando en el armado final del espectáculo, en la integración de las escenas, previamente ensayadas en los países de origen de los cien intérpretes participantes. El estreno se realizará en el marco del Segundo Foro Iberoamericano de Cultura, el cual girará en torno del tema “Arte y Transformación Social”. En esa oportunidad se lanzará la Red Latinoamericana de Teatro en Comunidad, un emprendimiento que impulsan, entre otros, el cubano Rolando Hernández, el colombiano Jorge Blandón y el argentino Guillermo Rodoni, director invitado por García para preparar una de las escenas de El Quijote.
“Habrá doce actores para doce Quijotes –le cuenta Rodoni a Página/12–. Cada uno aportará su mirada y perspectiva desde la cultura del país al que pertenece.” Al director y a su grupo, La Comedia de Campana, les fue asignada la escena en la que el caballero andante le da consejos a Sancho Panza, su escudero, al momento de convertirse en gobernador de la Insula Barataria. “La puesta de El Quijote es perfecta para el lanzamiento de la Red, porque actualiza el significado de la palabra utopía en nuestra contemporaneidad”, opina Rodoni. Y en relación con el desafío que la puesta implica, el director agrega: “Lo hacemos porque sabemos que también hoy se nos exige buscar en el teatro una imagen gozosa de lo imposible y lo utópico que tanto necesita nuestro público, en una situación mundial de desesperanza y caos”. El evento cuenta con el apoyo del país anfitrión, además de las instituciones internacionales IDEA (Asociación Internacional de Teatro y Educación) y AITA (Asociación Internacional del Teatro de Arte), institución de la cual Rodoni es el representante sudamericano.
–¿Cuáles son las propuestas de la Red Latinoamericana de Teatro en Comunidad?
–Se trata de una organización creada por colectivos teatrales de diversos países de América latina, hermananados por sus experiencias de transformación social y humana por medio del teatro en comunidad. Participan de su creación decenas de redes y movimientos teatrales que representan centenares de grupos, directores y dramaturgos que comparten la misma visión en relación con que el teatro debe ser un eficaz instrumento para la elevación de los niveles cultural, educativo y humano de nuestras comunidades latinoamericanas.
–¿Cómo encaró la escena que le asignaron?
–La escena comienza con Don Quijote diciéndole a Sancho: “Mira, Sancho, cómo se viene el alba, alegre y luminosa”. Al leerla en el contexto del proyecto que nos ocupa, no pude evitar asociarla con esta realidad extraña que está viviendo nuestro continente sudamericano, donde pareciera que la esperanza se va haciendo un lugar en la mayoría de los países.
–¿Tomó alguna decisión estética para darle a la escena un toque distintivo?
–Puse un par de músicos que hacen sonar una milonga con guitarra y bandoneón. A su ritmo, Don Quijote y Sancho Panza, caminando lentamente mientras toman mate, atraviesan la escena desde proscenio hasta foro, desde donde va surgiendo el citado amanecer. Así arranca la cosa, que finaliza exactamente de la misma manera, con esos dos personajes caminando lento, al ritmo de milonga, en dirección a un nuevo amanecer.
–¿De qué temas cree habla su escena?
–A poco de haber comenzado la escena, entran unos sastres que vienen a vestir a Sancho para desempeñarse como gobernador. Esos sastres, que llegan enviados por el Duque, no darán muchas explicaciones ni pedirán permiso. Sin esperar respuesta alguna comienzan a actuar sobre Sancho. Pensamos qué cosas podrían ser pequeños iconos que contribuyeran a dar la imagen de un mandamás latinoamericano. Como hay mucha experiencia sobre eso, enseguida aparecieron los anteojos para sol, alguna charretera, una cachiporra, alguna estrella en el pecho...
–Pero los consejos del Quijote a Sancho van en la dirección opuesta...
–Justamente, esos sastres, amparados en una posible ley de obediencia debida, vienen a utilizar la credulidad de Sancho para beneficiar al poder. En ese momento, Sancho Panza es el verdadero protagonista de la escena, tironeado por dos fuerzas opuestas e incompatibles entre sí.
–Es que hasta Sancho se siente tentado por el poder...
–En algún momento dice: “No lo puedo ocultar, mi amo, mi deseo de mandar, aunque sea un hato de ganado...”; pero finalmente opta por seguir los consejos de Don Quijote. Y la fuerza que decide la pulseada es tal vez la profunda admiración que siente por quien es su amigo y cuyos códigos dan sentido completo a la vida. Si miramos el panorama de nuestra sociedad de hoy, ¿qué es lo que falta? ¿Faltan Quijotes? ¿Faltan Sanchos? Lo que seguramente no faltan son duques y sastres...
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